El Estado blindado

En el contexto de la historia de las civilizaciones, el objetivo de todo régimen es prolongarse el mayor tiempo posible, permanecer en vigor, y no ser desalojado de la historia por ningún otro.

Pero hasta ahora, todos han fracasado en ese empeño.

Y digo «hasta ahora» porque tengo la impresión de que nuestra civilización (el «capitalismo democrático» o «civilización occidental») ha alcanzado un grado de sofisticación en eso de autoperpetuarse nunca antes visto.

Se diría que la mayor parte del cuerpo jurídico generado por este sistema se enfoca en garantizar su perpetuación a toda costa, generando una situación de indefensión absoluta de los ciudadanos que luchan por cambiarlo.

Eduard Punset, en su libro «Excusas para no pensar», habla del Estado blindado, y yo copio aquí un extracto porque me parece una joya:

No hay bestia mayor ni más feroz que el Estado que hemos creado entre todos […], que gestiona más de la mitad de todos los servicios y productos generados en nuestro recinto, además de tener los medios para vigilar y efectuar un seguimiento inmaculado de todo lo demás: suspiros, proyectos, productos y sueños.
[…]
¿Estamos dispuestos a aceptar lo innegable: que el Estado y el ciudadano no son iguales ante la ley, que lo peor que le puede ocurrir a uno es tener al Estado en contra, aunque sea por error y durante un rato? La culpa no es de un personaje atrabiliario o de un partido político anticuado. Es de todos, los de ahora y los que les precedieron modulando un Estado blindado y mil veces privilegiado con relación al ciudadano.
[…]
Fueron los primeros asentamientos agrícolas a los que se les ocurrió la idea de dar a un funcionario poder suficiente para guardar y multiplicar el primer excedente generado, hace unos diez mil años. […] Aquel poder incipiente de custodiar los primeros activos colectivos se fue transformando, poco a poco, en un poder avasallador. Hasta el punto de que hoy el Estado está blindado y el ciudadano está indefenso: le puede poner a uno en la cárcel antes de saber cuál es la acusación, bloquear su cuenta corriente o incautarse de un coche que considera mal aparcado.

Eduard Punset