Lo de menos es si se acampa o si no se acampa.
Lo que de verdad importa es que hoy volvemos a anunciar la decadencia del imperio del mercado, el fin de la tiranía del dinero, y el advenimiento de una nueva manera de entender la vida en sociedad, trufada de nuevos valores, que en realidad no son tan nuevos.
Simplemente hace mucho tiempo que habían sido despojados de su significado y relegados a la trastienda del sistema.
Un sistema con dos varas de medir: La que se aplica y la que se pregona. La que vale y la que se quiere aparentar. La que funciona y la que se presume. La que mide al poder político y económico y la que se aplica sobre la turba contribuyente y consumidora.